
Inoxti te da las claves para mantener tu cocina de acero inoxidable limpia y reluciente como el primer día con estos sencillos consejos.
Antes de nada, es necesario conocer la dirección del grano. Igual que pasa con la madera y otros materiales, el acero inoxidable también tiene grano. Se trata de unas débiles estrías que se pueden ver en la superficie de los muebles y aparatos. De hecho, una lámina de acero entera tiene la misma dirección de grano. Los electrodomésticos, sin embargo, es posible que cambien la dirección del grano ya que generalmente tienen otras piezas de acero unidas, como pomos y manijas.
No te preocupes si no limpias tus muebles de acero inoxidable sin seguir el grano: no va a pasarles nada malo. No obstante, si limpias verticalmente en la dirección del grano, mayor y más profunda será la limpieza que conseguirás. Para lograr un brillo superior, lo mejor es limpiar siguiendo la dirección del grano.
A continuación, coge todos los productos que necesitas para limpiar. Usa dos trapos de limpieza no abrasivos, preferiblemente que sean 100% algodón, ya que apenas dejan pelusa residual. Puedes usar también rollo de papel, pero es posible que quede algún resto de pelusa. Por último, coge un poco de jabón para platos y aceite mineral o para bebés.
Limpieza
¡Prepárate para limpiar tus electrodomésticos! El jabón para lavar los platos va fenomenal para limpiar la suciedad del acero inoxidable. Es capaz de limpiar el exceso de grasa y facilita el proceso de pulido. Pon un poco en un trapo y humedécelo con un poco de agua (solo lo suficiente para humedecer el paño). Limpia a lo largo de la dirección del grano de la superficie. Para eliminar las huellas dactilares difíciles, es posible que tengas que limpiar la zona varias veces. Cuando termines de limpiar un área, seca las marcas de agua con una toalla limpia.
Pulido
¡Ha llegado el momento de pulir! Aplica una pequeña cantidad aceite mineral o aceite para bebés en un segundo trapo. Con un par de gotas será más que suficiente. Sigue la dirección del grano, igual que durante el proceso de limpieza. Obtendrás resultados profesionales puliendo el acero inoxidable de esta manera. Una vez hayas terminado, echa los trapos a la lavadora y estarán como nuevos para la próxima vez.